mayo 30, 2011

Brillás

Te amo. Y quema. Corroe por dentro y por fuera, desgarra; me lleva y me trae entre un remolino de sensaciones encontradas, de cosas nuevas, de pasiones descubiertas, de perdiciones entre laberintos de piel. La tuya y la mía, en un nuevo y único ser inventado. Unión silenciosa, un lento y suave encaje de piezas de un mismo rompecabezas.
Me rompés la cabeza con tu forma de ser, me choco entre límites inlocalizables de realidad y fantasía; y voy y vuelvo; eterno vaivén intraducible, ininteligible, porque nunca sentí esto antes, no así, jamás así.
Puro fuego, sagitario. Tanto amor y tanto miedo junto, tanta ciclotimia recorriendo venas. Sos veneno impregnando mi interior, rebalsando por cada poro. Sos adicción mortal. Sos mi complemento ideal, en cada sentido. Porque nos llevamos tan bien, como mal; y todo depende de nosotros.
Estamos jugando con fuego, sagitario. Con nuestro propio fuego interior que ahora es un incendio de rosas, de una sola rosa. Suficiente para días enteros de suspiros y miradas perdidas; de sonrisas reales, genuinas, que surgen con cada pequeño recuerdo.
Sos mi inspiración, implícito en todos lados. Sos la razón de mi sonrisa mañanera, de cada beso, de cada caricia. Sos amor y dolor, locura y cordura, peleas y reconciliaciones, ropa y desnudez, músicas y silencios, comida y cigarrillos, películas y libros, risas y llanto, crudo salvajismo entre montañas de sábanas y tranquilidad de sueños.
Todo sos vos.
Suena On Melancholy Hill y hay olor a flor. No puedo hacer más que pensar en vos, porque ya formás parte de mi ser, de mi integridad como ser humano funcional. De un sistema vivo formado por dos partes: vos y yo.

Te amo y duele; y me encanta.

1 comentario:

Ana Estrella Vazquez dijo...

es hermoso este blog ♥

Siéntate a ver el día.