abril 06, 2009

Broken dreams.

Es casi fija que cada vez que estoy mal recurro a este método, o más puntualmente a este espacio: mi blog. Pero ya que existe, voy a darle más vida (o algo así).

Es raro cuando uno tiene planes a largo plazo para cumplir, y por alguna cosa del destino, estos, se adelantan varios meses. Hay ciertas cosas que uno no puede dejar pasar, ciertas oportunidades que se tienen que aprovechar porque lo más probable es que, más tarde, no vuelvan, porque las cosas pasan una vez y hay que estar atento para verlas. También, hay momentos en los que se juntan tantas casualidades, que no pueden ser meras casualidades; el destino, el azar, no lo sé, sólo afirmo que hay señales que indican que algo importante va a pasar. Si todo esto pasa en un mismo momento; algo cayó del cielo. Por qué no aprovechar los momentos, las oportunidades? Es lo que le pregunto. No entiendo sus respuestas, sus justificaciones, sus miedos, sus palabras mezcladas sin ningún propósito, no entiendo los sonidos que emite para desvalidar lo que yo digo. Por qué no puedo explicarle lo que sé que es mejor para mí? Por qué no escucha mis opiniones? Por qué no me deja explicarle lo que siento? Por qué cuando intento hablar me sofoca?
La gente suele decir que hay que vivir cada día como si fuera el último, osea hacer todo para no arrepentirse luego de no haberlo hecho. Aprovechar el día, Carpe Diem... Todos conceptos que valoro, que afirmo, con los que estoy de acuerdo y que también intento llevar a cabo.
Pero cómo puede ser que haya tantas restricciones a la hora de hacer lo que uno quiere, ama, lo que uno desea desde lo más profundo de su alma?

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Siéntate a ver el día.