abril 17, 2010

Reflexiones acerca de la incapacidad

Voy a intentar hablar con la mayor imparcialidad posible, aunque es obvio que todo va a estar teñido de una subjetividad, es decir, soy un ser humano. Como tal, tengo mis razones para actuar, a veces de forma conciente y otras las tengo escondidas muy en el fondo de mi mente. Últimamente, de forma involuntaria, no puedo cumplir con mis obligaciones, con tres años de Pellegrini y bastante madurez, no puedo. Hoy, no puedo. Hay algo que ocupa mi cabeza, algo en mi vida que no me satisface ni termina de cerrar. Como actitud defensiva, y para evitar el pensamiento de autocuestionamiento, me paso horas en la computadora, viceando con series, comiendo o leyendo, escalo y voy al colegio. Pero no puedo sentarme a estudiar. Hay algo que me lo impide, algo que hace ruido. No sé qué es. No es que no estudio porque soy "rebelde, pendeja o intento llevarle la contra a mis progenitores"; hay alguna causa de trasfondo que no logro encontrar. De alguna forma, intento parecer inmune, así que, si pido ayuda, si me expreso, no me van a escuchar. No sé si somos todos los homo sapiens o particularmente mi madre, pero ninguna explicación basta, nunca nada es suficiente, mierda. No puedo ser un diez, no puedo. Me conozco, y sé de mi poca organización mental, así que entiendo que no puedo. No me molesta que mi vieja se enoje en absoluto, sino que sea tan cerrada, tan tremenda y estúpidamente cuadrada. Es como los caballos, cuando les tapan los ojos para que no vean los autos pasar a su costado, ella sólo tiene una visión hacia adelante, nunca analizando los costados. El problema, es que los pobres caballos no pueden porque se lo imponen, vieja no puede porque es una limitada terrible. No tiene idea de la realidad de hoy, de que las cosas cambiaron, que su pasado no es lo mismo que mi presente. Ella y yo somos distintas (gracias, Dios!), ni su juventud, ni su secundaria fueron lo mismo que las mías. No somos la misma persona, entonces por qué la presión siempre eterna de control? No funciona, no surte efecto. La decisión está sola y específicamente en mí, yo soy el factor de cambio en mi vida, ni ella, ni el pibe que me gusta, ni mis amigas. Yo tengo que decidir por mí. Por alguna razón, no puedo, no puedo cambiar, porque hay algo que me angustia. Entonces, vale la pena seguir intentando, gastar energías completamente en vano?

1 comentario:

Tu mejor primo. dijo...

Te amo catalina descotte, extraño esa relacion de antes, revivila por mi.

Siéntate a ver el día.