Qué agradable es saber que tengo un objetivo final, que la función que sé, quiero desemplear se me plantea acá nomás, a sólo meses de distancia.
31 días y habrá terminado el suplicio escolar. 31 días y sólo tres materias ocuparán mi mente. 31 días y libertad controlada.
30 de diciembre, 11 de la mañana en mi paraíso personal: Merlo.
Allí aprendí a caminar mejor,
allí hallé la naturaleza en crudo,
allí conocí la nieve,
allí entendí el misterio que es la vida,
allí abandoné mi espítritu, reposando, deseoso de volver a encontrarse con su casa: mi cuerpo,
allí dejé de lado la superficialidad,
allí empecé a dejar ver mi esencia aventurera,
allí descubrí que el día es rápido; pero hermoso,
allí las sonrisas son reales.
Allí es adonde voy.
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