febrero 21, 2010

Enough

El 2010 me recibió con las mejores estrellas y las sierras detrás. Pero días después, ya estabas nublando el paisaje, ya estabas haciendo acto de presencia en mi inconcebible sueño vuelto realidad. Los días pasaron y tu hipocresía y mi impecable actuación, se hicieron cargo de la situación (detesto que rime, pero es la única palabra que se ajusta perfectamente); eramos una familia feliz al mejor estilo yankee.
Pero algo en mí cambió. Finalmente me di cuenta de cómo sos y de como me afecta eso, de cómo yo respondo a tus ataques. Y después de pensarlo una y mil veces, lo entendí: vos sos como sos, tenés los suficientes años de edad como para no querer cambiar; y yo tengo los suficientes como para seguir aprendiendo. Así que hoy decido empezar a enfrentarte. No me pienso reprimir un pensamiento más, ni bancar otra puteada tuya sin retruco mío; me voy a defender, cueste lo que cueste, porque ya no tengo miedo. Ya entendí que no vas a cumplir mis expectativas, que deposité demasiado en vos (y de esto me hago cargo), así que no me voy a hacer más ilusiones demasiado utópicas.

Ya está. Lo que pasó allá, a ochocientos kilómetros de distancia de este planeta de cemento, fue un hito que marca un antes y un después. Acá estoy, en el después; lo suficientemente satisfecha con mi autoestima como para cambiar de decisión (y qué bien se siente!)

No hay comentarios:

Siéntate a ver el día.