Hoy dormí poco, para variar, y es increíble la lentitud del cerebro con poco descanso.
Recién me fui a dar un baño de inmersión para relajarme un poco y sacarme cuestionamientos de encima, cerré los ojos y el agua me tabapa toda la cara, excepto la nariz; y fue... increíble: se largó a llover. Y lo escuchaba, no sé cómo, ni dónde retumbaba, pero ahí estaba. Sentía cada gota, cada trueno. Hacía muchísimo que no me sentía tan perceptiva, y la verdad lo necesitaba.
Me acordé de que no es necesario ver, para saber lo que pasa. Me acordé de la energía que fluye sin descanso y que a veces ni notamos... paradójico, ya que es tan primordial en la vida. Me revitalizó, ese baño, el agua, la lluvia, el silencio me despertaron los sentidos.
Estoy despierta, viva.
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